lunes, 14 de noviembre de 2011

La pre y pos temporada electoral.

Después de esta larga y extenuante jornada política nos queda un espacio propicio para la reflexión.

Iniciare recordando tantas expectativas, que la llega del ejercicio democrático despertó en una comunidad que se ha destacado por el buen trato que ha mantenido frente a la oportunidad que nos brinda la democracia, han sido celosos y detallistas a la hora de escoger a sus gobernantes.

Frente al proceso electoral y ante la gama de candidatos que optaban por el primer cargo municipal, se llego a pensar que se tendrían las más convincentes propuestas de gobierno en las que se plasmaran acciones tendientes a enfrentar el futuro promisorio que para esta región se avecina, con proyectos como el Puerto Seco o Centro Logístico de Carga, el Agua Potable, un matadero frigorífico, el mejoramiento del entorno de la ciudad para serla más atractiva a los turistas y especialmente a los inversionistas que han puesto su mirada en esta prometedora tierra.

Pero no fue así, la contienda democrática se centro en enfrentamientos que ningún provecho dejaron y que no permitieron un análisis concienzudo de lo planteado en las propuestas presentadas por los candidatos. Cuando no eran ofensas lanzadas por los equipos de altoparlante, era a través de pasquines que de manera vulgar y grotesca dilucidaban la vida privada de los candidatos o en los corrillos políticos se ufanaba el buen nombre del político o líder que no compartía las propuestas del adversario.

Esta serie de “prácticas políticas” que durante las últimas campañas se han venido afianzando en nuestra sociedad, son elementos que se anteponen a la falta de una propuesta seria por parte de quienes piensan que la necesidad del pueblo se abriga con “dadivas pasajeras”, que al final sufren el mismo ciclo del hambre, se suple en la mañana y esta regresa en las horas de la tarde, el futuro de un pueblo como el nuestro requiere de hombres pensantes, visionarios, con compromisos y mentes futuristas que le garanticen a las nuevas generaciones la consecución de los espacios propicios para su desarrollo, el bienestar, su salud y su educación.

Que la mala práctica de la política, no sea la excusa apropiada para no hacer las cosas bien, la ciudad requiere del talante y del talento que cada uno de sus hijos puedan aportarle. Sea esta la oportunidad para dejar atrás los rencores políticos y a quienes ostentan el poder que trabajen y se esfuercen para que tengamos la ciudad que todos añoramos.